viernes, 28 de mayo de 2010

Mi vida en tres: surrealismo, abstraccionismo y cubismo.



Siempre en tu costado permanezco fértil de dolores; plantado en un frasco diáfano con tapa hermética asfixiándome: es  delirio, vértigo quebradizo sulfurando mis visiones.
Es así que sufro, que me olvido de mí mismo; las ráfagas punzocortantes me desfiguran, me amputan el deseo de sobreponerme a mis placeres elevándome a la cárcel de la mutilación, de la ceguera, del momento; la respuesta: un anhelo, un sueño, un sentido parcial de la existencia provocándome a exacerbar la debilidad de los instintos para la fortaleza de mi idea.
― ¡Basura!― canta el buitre.

miércoles, 26 de mayo de 2010

PERSPECTIVISMO

Corriente filosófica para la cual se da la posibilidad de considerar cualquier cosa y, en general, el mundo, desde diversos puntos de vista, de tal forma que todos concurran ―aunque sean diferentes, y aún por serlo― en la única forma humana de conocimiento (Plumed, 1992).
Ejs:
-Ortega y Gasset defiende un perspectivismo histórico, de forma que algunas perspectivas sólo pueden descubrirse a lo largo de la Historia (Plumed, 1992) .
-K. Manheim defiende que todo individuo tiene una forma particular de concebir las cosas de modo global, según su posición socio-histórica (Plumed, 1992).
-Para Nietzsche, los conceptos cognitivos no expresan más que un punto de vista arbitrario sobre el mundo (Plumed, 1992).

Bibliografía

Plumed, C. L. (1992). Diccionario básico de Filosofía. Zaragoza: Mira Editores.

ESCATOLOGÍA


La “doctrina de la realidades últimas” (en griego, ta eschata) acabó significando, en el pensamiento cristiano: muerte, juicio, cielo e infierno. Pero, en los estudios bíblicos, esta palabra designa el conjunto de ideas del AT (Antiguo testamento) y el NT (Nuevo testamento), y también de la literatura intertestamentaria, relativas al fin de la historia o la existencia –donde “fin” denota punto terminal y, al mismo tiempo, los acontecimientos por los que se evalúa todo lo demás (Browning, 1998).

Bibliografía

Browning, W. (1998). Diccionario de la Biblia. Barcelona: Paidós.

SEMIÓTICA O SEMIOLOGÍA

Ciencia general de los signos. Se subdivide en: Sintaxis, Semántica y Pragmática (Plumed, 1992).
-Sintaxis: se ocupa de los signos con independencia de lo que designan y significan; se trata, por lo tanto, de un estudio de las relaciones de los signos entre sí.
-Semántica: se ocupa de los signos en su relación con los objetos designados (Mora, 1988).
-Pragmática: se ocupa de los signos en su relación con los sujetos que los usan (Mora, 1988).
La semiótica tuvo un gran desarrollo en los sofistas, en Platón, en Aristóteles, en los estoicos, en los epicúreos y en los escépticos encontramos muchos análisis semióticos y hasta una clara percepción de la semiótica dentro de la filosofía (Plumed, 1992).


Bibliografía

Mora, J. F. (1988). Diccionario de Filosofía abreviado. México: Sudamericana.
Plumed, C. L. (1992). Diccionario básico de Filosofía. Zaragoza: Mira Editores.

martes, 25 de mayo de 2010

FETICHISMO



Adoración supersticiosa de ciertos objetos o cosas, a los que se les atribuye poderes sobrenaturales o mágicos (Plumed, 1992). Asimismo, las ideas fetichistas tenían difusión en la sociedad primitiva, circunstancia que se explica por el bajo nivel de desarrollo de la práctica social, y se han mantenido restos de esas ideas en las religiones modernas (Blauberg, 2001). En concreto, el fetichismo es la creencia en el poder sobrenatural o mágico de objetos materiales particulares. Más comúnmente, la actitud de los que consideran animados los objetos materiales, y los tipos de religión o filosofía fundados en esta ciencia (Abbagnano, 1998).
Ej. Creer que se tendrá buena suerte por portar una pata de conejo, alguna imagen, una escultura, un escapulario, etc.…

 

Bibliografía


Abbagnano, N. (1998). Diccionario de Filosofía. México D.F.: FCE.
Blauberg, I. (2001). Diccionario de Filosofía. México: Ediciones Quinto Sol.
Plumed, C. L. (1992). Diccionario básico de Filosofía. Zaragoza: Mira Editores.


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martes, 18 de mayo de 2010

EL HÉROE DE MÍ MISMO



Decía Nietzsche que el espíritu humano pasa por tres transformaciones: el camello, el león y el niño. Sin darnos cuenta, muchas veces divagamos en diversas etapas de nuestro pensamiento y actitud que podrían resumirse como una travesía a un desconocido mundo en donde al discurrirlo en cada legua, de manera lenta o rápida, nuestra percepción de estar vivos va teniendo un legado metamórfico. Es entonces, que crecemos hacia una cúspide estratosférica o hacia el subterráneo de la nada.
Una  travesía podemos entenderla como aquella secuencia escalonada y estructurada que nos revela etapas de la vida, y a través de la cual, cada persona se encuentra terriblemente atrapada; esta analogía es natural en las personas, el estructuralista Joseph Campbell la nombra como “El viaje del héroe”, es decir, ese camino en el que cada uno pretende y siente ser el superhéroe de la historia.
Existe un cuento que puede servirnos como ejemplificación de esta estructura inconsciente que nos encierra, se llama “La excursión” de Sergi Pámies; esta historia representa alegóricamente las fases de nuestra realidad, veamos: el personaje tiene 13 años, espera con grandes ansias el día en que por fin pueda conocer el barranco del que siempre le han platicado; quiere comerse el mundo a puños, se siente grande, autónomo y único, por lo que comienza a experimentar  sus primeros indicios de libertad como “auténtica fiesta”; su padre, siempre ha sido visto por su hijo como un superhéroe. ¡Finalmente el día de ir al barranco llega! El mozo se sube al coche junto con su papá -puesto que es él quien manejará-. El camino de ida es sorprendente, el paisaje es asombroso y tentador para explorar, las charlas de padre a hijo son realmente divertidas hasta que… algo muy extraño sucede en el camino: se torna escarpado, árido, seco, peligroso y aburrido hasta lograr ser tan despreciable por sus tintes nostálgicos y confusos; las cosas cambian, al final de la excursión se regresan a casa pero, con la diferencia, de que el retorno se vuelve insoportable. No hay palabras, no hay plática, no hay comunicación. Después de un largo tiempo varan en una gasolinera en la que puede verse a una niña masticando chicle; regresan al punto de partida, la vida ahora es diferente, la relación con su padre no es la misma.
Para el estructuralista y psicoanalista Joseph Campbell las relaciones del personaje con toda su travesía existencial podrían ser, precisamente, los simbolismos esclarecedores de la realidad de cada hombre, es decir, el cuento de “La excursión” delata una estructura arquetípica en el ser humano no importando el tiempo y el espacio. Campbell es quirúrgico al demostrar que las personas fungen un papel que conciben heroico, propio y determinado; al comparar el cuento con la vida personal se descubren conexiones, por ejemplo: el personaje es el símbolo de nosotros mismos; la excursión: el inicio de la individualidad; el camino: nuestro propio hacer y discurrir en la vida; el paisaje árido y seco: el descubrimiento progresivo de la realidad; el barranco: la compleja realidad; el regreso: el anhelo y la decisión por volver a los orígenes; la imagen de la chica masticando goma: la ínfima responsabilidad  o el descuido que se tiene hacia la lo importante… y el relato sigue así... sucesivamente.
La concepción heroica y predeterminada hacia uno mismo evoca las fuerzas hacia un individualismo, pero ¿es racional y libre nuestro pensamiento o cae en el libertinaje? ¿Estamos tan ensimismados que no nos importa pisotear a los demás? Una vez más, Nietzsche concibe al espíritu humano como lleno de un potencial tan fuerte que es capaz de recrearnos, como un poder para ascender y arrebatar nuestra fatalidad, lo que nos pertenece. El camello es nuestro inicio: pesadas cargas que sobrellevamos, valores impuestos, enajenaciones, etcétera; el león es el nacimiento de la libertad, el anhelo por el individualismo; el niño, la inocencia para olvidar el pasado, y de este modo, permitir recrearnos para llevar al acto nuestra potencialidad como forjadores únicos de nuestra propia vida.
Las estructuras esbozan un psicoanálisis personal, nos dan pautas para comprender nuestra cosmovisión del caminar humano. De esta manera Joseph Campbell decía que el hombre posee arquetipos inconscientemente, y estos, lo impulsan a querer desprenderse de lo “efímero” para ir en busca de la historia personal, del propio cómic, del propio “destino”. En consecuencia, aunque no lo sepa, el hombre se empeña en emprender una búsqueda hacia su propio ser debido a que las personas se sienten con la responsabilidad de cumplir “su llamado”, “su misión” o “su destino”.
Esta percepción histórica de nuestro destino podría compararse entre dos pensadores: para Michel Foucault la historia es discontinua, es decir, somos presa de la realidad y mañana será la consecuencia de lo que suceda hoy, o sea, no necesariamente nos encaminamos hacia una sociedad más justa o hacia un fin comunista, pues todo depende de lo que se haga o deje de hacer en este momento. En cambio, muy resumidamente, Marx concibe la historia como una dialéctica materialista, que es de algún modo, mesiánica: la lucha de clases traerá una sociedad mejor en donde los medios de producción se colectivicen y finalmente se extermine el dinero para vivir justamente, es decir, la síntesis dialéctica será la mejor, o sea, el comunismo. Por lo tanto, en conclusión, podríamos decir que sin importar la concepción histórica que tengamos debemos estar conscientes que cada uno de nosotros tiene la potencia para lograr sus metas: todo es un proceso, una secuencia, mañana seremos el producto de nuestro esfuerzo. He aquí el arquetipo, el heroísmo con su protagonismo, nuestra película, nuestro éxito o fracaso: El héroe de mí mismo.

EUDEMONISMO


Del gr. eu-daimon: buen espíritu, buena suerte.
Teoría moral que sitúa la felicidad como criterio de corrección moral y la identifica con la práctica del bien o la virtud (Plumed, 1992). El sistema ético de Aristóteles es eudemonista porque está centrado en la consecución de la felicidad, es decir, el fin último del hombre es la felicidad, y ésta consiste en la realización de las potencias humanas, entre las que descuella el entendimiento. Con dicho desarrollo, el hombre consigue, simultáneamente, su propio bien, su fin último, la felicidad, la virtud, y, por lo tanto, el valor moral (Sáenz, 2002).

Bibliografía

Plumed, C. L. (1992). Diccionario básico de Filosofía. Zaragoza: Mira Editores.
Sáenz, R. G. (2002). Historia de las doctrinas filosóficas. Edo. de México: Esfinge.

NIHILISMO

Concepción extrema que sostiene que no hay justificación para los valores ni para la moral. La palabra fue inventada por el escritor Ruso Turguéniev para describir a los jóvenes rebeldes en la Rusia de los zares. Desde entonces, la palabra ha sido usada para condenar a los que rehúsan aceptar ciertos valores aceptados (Honderich, 2001). Asimismo, es la negación de los valores y normas generalmente aceptados y de las formas de vida establecidos (Blauberg, 2001).
En Nietzsche, el nihilismo se usa para poner en duda el valor de las ideas tales como la verdad y la moralidad, pero lo hace porque estos valores eclipsan otros más importantes. Nietzsche acusa de nihilista a la tradición judeocristiana por subrayar los valores “del otro mundo” a costa de rechazar los “naturales” o propios de éste en que vivimos (Honderich, 2001). Así, Nietzsche emplea el término en doble sentido: Nihilismo activo, como signo del creciente poder del espíritu; Nihilismo pasivo como signo de decadencia, de negación a la vida y retroceso del poder del espíritu (Plumed, 1992).
En Spleger el nihilismo se manifiesta en la contraposición de la cultura a la civilización, en la que domina el practicismo puro. Los representantes de la filosofía radical izquierda, con la formulación de la idea de la “gran renuncia” (Marcus), de la “dialéctica negativa” (Adorno), tratan de presentar al nihilismo como importantísima fuerza transformadora de la sociedad (Blauberg, 2001).

-La filosofía del nihilismo es incompatible con el marxismo, que asume de modo creador las conquistas de toda la cultura del pasado (Blauberg, 2001).
-Por definición el nihilista no cree en nada y desdeña todos los valores (Honderich, 2001).
-En sentido amplio, niega la existencia de un absoluto (de la verdad, de los valores morales, de la autoridad del Estado) (Plumed, 1992).
-En el siglo XIX los nihilistas rusos intentaban romper con toda la tradición y fundar la sociedad sobre bases científicas (inspirados en A. Comte). Más tarde pasaron a la acción política y se confundieron con los anarquistas (Plumed, 1992).


Bibliografía


Blauberg, I. (2001). Diccionario de Filosofía. México: Ediciones Quinto Sol.
Honderich, T. (2001). Enciclopeda Oxford de Filosofía. Madrid: Tecnos.
Plumed, C. L. (1992). Diccionario básico de Filosofía. Zaragoza: Mira Editores.

 

domingo, 16 de mayo de 2010

El ser humano como rata


Somos como ratas corroyendo cualquier porquería de pensamiento, deambulando en antros escolares donde las luces robóticas son navajas asesinas del cerebro. Deleitándonos en las punzadas que revientan nuestros intestinos,  leyendo y divulgando las pócimas de lo frívolo.
                Las ratas escogen su alimento según pueda ingerirse, al parecer el humano al igual que ellas determina su régimen alimenticio intelectual según pueda ser fácil de digerir aquello que se le presente, es decir, se nutre de información chatarra; somos cucarachas sobreviviendo sin cabeza, protegiéndonos en botes de basura y buscando en las alcantarillas del estiércol filosofías ambiguas y aforismos de muerte.
                Nuestro pensamiento debe ser aristocrático, elitista, propio, no dejando que huecas sutilezas y argumentos violen la esencia de lo que creemos; esto en ninguna manera significa que no aceptemos la forma de pensar de otros o que nos delimitemos en un dogma, al contrario, con esto afirmamos la propia originalidad, convicción y fuerza, además, hacemos preeminente el amor a nuestras palabras: hemos de entender que nuestros pasos se hunden en la eternidad.
                No hablo de narcisismo, eso es de ratas y sanguijuelas chupasangre; afirmo la individualidad de nuestra identidad: “no copias”; la autonomía de nuestro arte, pasión y locura. No obstante, es imprescindible no haber sido influenciado, en tal sentido, dos pensadores colocan al hombre como determinado por sus impulsos inconscientes y  por su contexto histórico, social y económico. Sin embargo, la trascendencia subyace en nuestras manos, en cada línea de los dedos; las huellas digitales se ensoberbecen por ser únicas, de talante regio y porte insigne.
 Somos tú y yo, afiliados cada uno a sus respectivos motivos y razones pero no engañados por las corrientes de este siglo y por la moral cegadora ataviada de bondad, sino  que  somos ejercitados en la búsqueda de alimento verdadero para no morir de inanición, de colesterol al taparnos las arterias con manteca de ideas falaces que sobreabundan en la lengua venenosa del necrófilo. Tú y yo, capaces de redirigir el rumbo dialéctico de la historia; nosotros dos, la antítesis de lo que predomina en el universo puesto que en la sangre viva que circula en nuestras letras y acciones se encuentra la potencia de la síntesis libertadora de la episteme.

“El sabio que se limita a ‘cambiar’ volúmenes acaba por perder completamente la capacidad de pensar por sí mismo. Mientras no revuelva libros no piensa… despliega todas sus fuerzas, emplea todas sus energías en comentar, en discutir y criticar las ideas de los demás; él no tiene ideas… es un decadente… son como las cerillas, a las que es preciso frotar para que den luz, ‘ideas’.” (Nietzsche en Ecce Homo)

jueves, 6 de mayo de 2010

AGNOSTICISMO

AGNOSTICISMO: (ingl. Agnosticism; franc. Agnosticisme; alem. Agnoscticismus) Término acuñado por primera vez por el naturalista inglés Thomas Huxley. Indica la actitud de quien se rehúsa a admitir soluciones en los problemas que no pueden ser tratados con los métodos de la ciencia positiva, y señaladamente, los problemas metafísicos y religiosos. (Abbagnano, 1998).

Etimológicamente significa doctrina de la incognoscibilidad (que no puede ser conocido). Designa aquella dirección filosófica que defiende la incognoscibilidad de lo suprasensible, y, por consiguiente, la negación de la metafísica como ciencia, especialmente en lo referente a Dios. (Brugger, 1978)

Doctrina que afirma que la existencia de Dios no puede probarse y no puede saberse nada que esté detrás o más allá del mundo de los fenómenos. (Oceano, 2000)

El Agnosticismo no niega ni afirma la existencia de Dios.


Ejs y relaciones.
- El agnosticismo es esencial a todo positivismo (Brugger, 1978)
- Se encuentra agnosticismo en el criticismo de Kant (Brugger, 1978)


Bibliografía
Abbagnano, N. (1998). Diccionario de Filosofía. México D.F.: FCE.
Brugger, W. (1978). Diccionario de la filosofía. Barcelona: Herder.
Oceano. (2000). Nuevo diccionario de Filosofía. Barcelona: Oceano.

EPISTEMOLOGÍA / GNOSEOLOGÍA



EPISTEMOLOGÍA / GNOSEOLOGÍA: De Episteme (conocimiento) - Logos (estudio-teoría -tratado)

Es decir, “Teoría del conocimiento”.

Rama de la filosofía que examina la naturaleza del conocimiento e intenta determinar sus límites. (Oceano, 2000).



Bibliografía

Oceano. (2000). Nuevo diccionario de Filosofía. Barcelona: Oceano.




ARQUÉ / ARJÉ / ARKHÉE / ARCHÉ

ARQUÉ / ARJÉ / ARKHÉE / ARCHÉ :

Elemento o principio básico que constituye todas las cosas. (Sáenz, 2002). Fundamento o principio de todo lo que existe, aquello con lo cual, o de acuerdo con lo cual, está hecho todo (Plumed, 1992). “Primera cosa a partir de la cual algo es o llega a ser, o es conocida” (Aristóteles, 2004). Principio Fundamental de todo lo que existe (Cabrera, 2010).


Ejs.
a) Tales de Mileto : Arjé = Agua.
b) Pitágoras: Arjé = Números.
c) Demócrito: Arjé = Átomos.
d) Heráclito: Arjé = Fuego.
e) Empédocles: Arjé = Agua, fuego, tierra, aire.
f) Anaxímenes: Arjé = Aire.
g) Anaximandro: Arjé = Ápeiron.
h) Parménides: Arjé = El ser.
i) Anaxágoras: Arjé = Homeomerías (ordenadas por el Nous: Intelecto).

Bibliografía

Aristóteles. (2004). Metafísica. México: Porrúa.

Cabrera y Parra (2010). Conceptos filosóficos. Tijuana: Alternativo.

Plumed, C. L. (1992). Diccionario básico de Filosofía. Zaragoza: Mira Editores.

Sáenz, R. G. (2002). Historia de las doctrinas filosóficas. Edo. de México: Esfinge.