jueves, 15 de octubre de 2009

"Dean-Ken la mariposa"






Hace dos días la intuición con su resplandor me besó los corpúsculos con danzas incandescentes que levantaban polvaredas de sabiduría. Dean-ken la mariposa, hizo una escisión en los hemisferios cerebrales que deformaban mi gestalt, desprendiendo el corpus callosum que intercambiaba insuficiente Sofía a mi cerebro.
Entonces, así fue: el profesor delineó con su marcador verde la raya en el pintarrón, era un trazo impecable, sucesión de puntos en perfección con su tiempo y espacio. La línea, inverosímilmente pareció sangrar, por lo que el maestro dijo: “ al conocer la intuición, el conocimiento se adhiere a nuestra esencia como la línea al pintarron".
De la raya verde exhaló un fragante olor y una miríada de partículas rosas que penetraron excitantes cada sentido de mi cuerpo, eran miles y miles de incandescentes luces que brotaron en el salón en todas direcciones - rápidamente el aula se inundó de estos puntos luminosos, que a su vez, rebotaban agresivamente en las paredes-. Veíamos brincar de aquí y allá cada gesto luminiscente en todo el cuarto, pues en éste, explotaba una colorida bomba de átomos afrodisíacos.
Después de toda la fuente de polvo que emanó de la raya comencé a tener hambre, querer ahogarme del conocimiento y saciarme de la verdad, - estaba atónito por todas las luces y estrellas que emergieron de esa raya; me sentía tentado a romper los juicios fanáticos de las doctrinas humanas- de pronto, mi ensueño se desvaneció por la palabra del maestro: “No has aprendido... sólo tuviste una noción de lo que es el conocimiento”.
El profesor, sigilosamente se fue al fondo del salón sin decir nada más -nosotros, aletargados por la sustancia, lo seguíamos con la mirada -. El "filósofo mago" sujetó acentuadamente el marcador verde y gritó: "No es necesaria la palabra para aprender... sino la dirección y el sentido que brame el conocimiento”. En ese momento capté el nous, la palabra era un lenguaje artificial, en cambio, la intuición se desnudaba de los conceptos, por eso, el conocimiento no sólo era palabra sino toda una verdad que revela su sabiduría como a ella le parece.
"No es imprescindible sólo la palabra para aprender... sino la orientación y trayectoria que te grite el conocimiento”. El profesor disparó el marcador hacia el pintarrón y antes de estamparse se trasmutó en un proyectil multicolor que reprodujo una sucesión de ondas ultrasónicas. El vehemente misil estalló y manchó la pizarra de enormes dimensiones de color azul, así como de esencias de perfumes de alabastro; el resto de pintura emprendió la travesía por la barra del tablero, cada gota contenía una aureola dorada que comenzaba a destilarse hasta golpear en el suelo. En ese trance me sentí exaltado y ansioso por ingerir las chispas radiantes del saber, cuando de pronto, Dean-Ken se levantó de su escritorio y se echo al piso con la boca hacia la gotera de pintura que caía por la barra del tablero.
Cuando Dean-Ken tragó la "sustancia de la verdad" su figura sufrió una metamorfosis, sus brazos y piernas se convirtieron en patas gigantes y de sus omóplatos brotaron dos hermosas alas pinceladas de pigmentos amarillos y naranjas; sus orejas se mudaron en dos colosales filamentos semejantes a un par de antenas y su tórax se desfiguró por completo: Dean-Ken, nuestro compañero, mutó en una enorme mariposa que aleteaba violentamente, sus alas se movían tan impetuosas que los ventanales del aula fueron despedazados por la fuerza del aire que arrojaba, y fue tal la fuerza, que dentro del salón se originó un bello huracán que hizo que nos cubriéramos los ojos. Quedamos fascinados, pues Dean-Ken había comido del Saber.
Los alumnos nos abalanzamos hacia la gotera, pero al aproximarnos, Dean-Ken despegó su vuelo. Quebrando el techo lo vimos dirigirse hacia el cielo infinito dejando rastros de hilos luminosos y vestigios de tinta. Nuestro compañero se había ido para siempre, sin embargo, permanecimos observando su aura. El maestro se derramó en carcajadas por lo acababa de ocurrirnos, nos vio profundamente y declaró: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.
Desde entonces no existe ninguna constitución de forma que distorsione contemplar el conocimiento, ni percepción que registre datos ni abstracción que germine conceptos, sino un nivel suprasensible dónde la telaraña de paradigmas fundamentados se deshace y se escurre entre los espacios vacíos de las manos. Sabía que el concepto es de nivel suprasensible, pero hasta ese entonces no había llegado a intuir la sublimidad de la idea, ustedes saben, el hermoso nous.




(Imágen añadida de Google.com)

4 comentarios:

  1. Mejor entrada, aunque hablas con mucha ligereza de la verdad; tampoco se le puede tomar en serio. Suerte.
    PD: El Nous rules.

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  2. waa
    todo lindo este escrito... si fuera así de sencillo hacerse del saber y hacerlo nuestro y hacernos volátiles...
    aunque somos volátiles...
    padrísimo!!

    saLudiitos, y se nota que estudias Filosofía, yo estudio Letras Clásicas en la UNAM e igual soy de primer semestre XD

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  3. Que tal,
    concuerdo con el basurero, y adémas muy buena abstracción y percepción sobre el acontecimiento.

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  4. Las mariposas me gustan de colores, las negras me dan un noseque*

    besosdulces*

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