viernes, 25 de junio de 2010

Meditaciones acerca del evento existencial


A cada persona le llega un determinado momento para hacer determinada cosa. Cada fenómeno requiere de un espacio y tiempo para lograr ser lo que es. Según el libro de Eclesiastés (en la Biblia) " debajo del sol cada cosa tiene su tiempo... y no hay nada nuevo bajo su luz", lo que podríamos inferir que a cada uno de nosotros nos llega un momento decisivo para suscitar un evento que es capaz de modificar el curso de la historia personal.

El evento puede darse o impedirse, y no es que se impida, porque el mismo hecho de obstruirse es ya otro evento. Sin embargo ¿podríamos adelantar nuestras indagaciones filosóficas, científicas, teológicas, psicológicas, históricas y sociológicas hacia posibles fenómenos? Y si esto fuese así, ¿es posible cambiarlos?







En un sentido cristiano aceptamos que la historia es lineal, es decir, los eventos van apareciendo y entrelazándose hasta culminar en un suceso apocalíptico, por no decir fatalista en tanto que se avecina la perdición, aunque después venga la dádiva. Contrariamente, en la cosmovisión griega, la observamos circular, es decir, todo se repite y será lo mismo; y en otra instancia, observamos la mesiánica historia en espiral del marxismo: nos dirigimos poco a poco al comunismo. No es mi intención escudriñar tales nociones, sin embargo, estas contemplaciones históricas me sirven para meditar sobre una cuestión particular: ¿Me repito a mí mismo o me dirijo hacia un hecho fundamental?

Repetidas veces nos hemos observamos ambiguos, confundidos o extrañados con nosotros mismos, y es entonces que introspectivamente resurgen los cuestionamientos acerca de nuestra biografía, del “yo” existencial, de nuestro llamado; es preeminente la respuesta a esas preguntas porque nos carcomen por dentro, corroen los intestinos soñadores de nuestra mente e inyectan insomnio a los anhelos. No obstante, muchos quedan a la deriva sin hacer nada, y es entonces, que el evento necesario que abre nuestros ojos se transmuta en un fenómeno perjudicial que nos aturde, o peor aun, aborta la potencialidad que escurre en nuestra esencia por ser ignorada.

En Nietzsche, el destino se ama, es decir, la vida se comprende como algo repetido en otra era, y por lo tal, es abrazada con todo el cariño. Éste Amor Fati conjugado con un estoicismo existencial cristiano (como en Kierkegaard en tanto que existencialismo cristiano) da luz sobre lo desconocido, es decir, el amor al “destino” (que en tal sentido lo comprenderé como el evento al que tenemos que llegar, y no como algo prescrito), alejándome por tanto, del nihilismo nitzscheniano (ateísta) me acerc a un enamoramiento de lo vital existencial a través del plan que Dios tiene para conmigo. Por lo tanto, comprendo, que el amor a mi vida entera (entiéndase como “el llamado de nuestra esencia”) tiene que relacionarse y alinearse a una actitud madura puesto que el “evento” al que tengo que llegar (de potencia a acto) es lo que hay que conquistar, para ser, lo que de antemano me propongo. No obstante, el narcicismo freudiano quedaría oprimido, ya que mi “yo” no es, sino lo que tengo que lograr, es decir, mi yo existencial actual tiene que ser suprimido para lograr que mi esencia (que la olvido cotidianamente por errores propios) se realice, y así, mi ser se concrete; logrando entonces afirmar el “Amor Fati” en una base confiable, y por lo tanto, culminar en un evento que de antemano lo creí y lo conocí superficialmente.

Retomando el evento deducimos que se da en un espacio y tiempo concretos, a veces se da y no lo aceptamos y entonces lo deformamos, no obstante, el amor a mi “llamado personal” me da intuiciones sobre el evento que surgirá tarde o temprano.

9 comentarios:

  1. Es necesario pensar en los errores que a diario vamos dejando en el baúl del olvido,iniciando con lo más cotidiano de nuestros actos los cuales los dividire en dos: aciertos y errores. Entonces amamos lo que nos agrada, porque nos es grato recordar nuestros aciertos,pero seguimos sin entender que ese es un simple acierto dentro de un mar de errores, la pregunta que me ha surgido al leer tu texto es: ¿por qué olvidamos nuestros errores? Es acaso que el ser del hombre está lleno de "ego" que no hace creer que los errores debén ser arrunbados. Amar el destino no debe ser confundido con creer que todo está predeterminado,el Amor Fati significa estar preparados para lo que viene, aceptarlo y aprhender a trascender con tu destino, estar alejados de la ignorancia que provoca el estar desiando el destino de otros seres. No es tan fácil aceptar el Fatum pero debemos endurecernos como una roca, cuando nos llegue el momento de decidir, tenemos que estar preparados para tomar la ruta correcta y si nos equivocamos saber como regresar para rectificar el camino.
    AMOR FATI

    Michell, me agrada leer cuando escribes filosofía, tus meditaciones son valdasos de agua fría para los seres que están perdidos en el camino, tu crecimiento en el ramo está muy manifestado.

    Saludos.

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  2. Lo que dices es muy importante, estoy de acuerdo contigo y por eso afirmo: "el amor al “destino”... lo comprenderé como el evento al que tenemos que llegar, y no como algo prescrito".
    Retomando lo que dices acerca de los errores nos olvidamos de que se incluyen en nuestra vida, el amor fati comprende ambas cosas, e incluso, creo que tanto los errores como los aciertos tienen que ser enfocados en una misma dirección, es decir, "amor lo que vendrá" porque es "necesario" para mi desarrollo vital; algo así se me ocurre, sé que lo comprendes...
    bueno man, gracias por tus comentarios, y como te dije la otra vez: sé que algún día estaremos perpetuos en un papel, el papel atmosférico en donde yace la eternidad de los hombres comunes y corrientes, pero que se atrevieron amar su vida y su potencia.
    Salduos

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  3. y de aqui la frase casualidad o destino...
    nose es importante tal vez saber a donde vamos, pero tambien de donde venimos, las cosas no siempre son aceptadas tal y como llegan sean buenas o malas siempre seran la respuesta de otra accion, pero para mi siempre ha sido iteresate las sopresas, aunq sean malas me agradan aunq para varios sean intresendentes cada dia cada desicion incluso al elegir que se quiere desayunar equivale a la proxima respuesta si sabra bien o no :P
    me puso a pensar mucho en eso jeje buena entrada

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  4. monn1n!t4 lo que dices me hace pensar, en verdad que también nos olvidamos de donde venimos, es decir, de nuestro origen, que para mí constituye el evento más genial de nuestro ser. En el nacimiento "somos", llegamos a "ser", "existimos" y de ahí la primacía de su importancia.
    Por otro lado admiro tu forma de afronatar la vida al decir que las sorpresas te agradan aun cuando no sean intrascendentes, esto es en gran manera rescatable ya que podríamos decir que siempre no las estamos jugando, es decir, vivimos aceptando las cosas aun sin saber los resultados.
    Gracias por tu comentario!
    Saludos!

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  5. Wah
    Se nota que eres filósofo xD
    Esto del amor Fati tendrás que explicármelo con manzanitas. Eso de la casualidad, el destino, la realidad... waa... somos humanos después de todo ¿no? Hay cosas que se salen de nuestro conocimiento.

    Espero me ilumines más.
    Saludos.

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  6. "El evento puede darse o impedirse, y no es que se impida, porque el mismo hecho de obstruirse es ya otro evento. Sin embargo ¿podríamos adelantar nuestras indagaciones filosóficas, científicas, teológicas, psicológicas, históricas y sociológicas hacia posibles fenómenos? Y si esto fuese así, ¿es posible cambiarlos?"

    Esta parte no sé (Hola xD) si la entendí bien, pero diré que el "poder adelantar" también es un hecho. Y cambiarlo, me resulta algo confuso. Cambiarlo es como impedirlo-obstruirlo, y ya lo propuso como un hecho.



    Leyendo lo demás me hiciste recordar a un dude en una conferencia en el audiovisual el día de "La última y nos vamos" en Humanidades. Puedes matarme pero no recuerdo ni el nombre del señor, ni de los autores que mencionó xD. Soy malísimo con nombres y conceptos.

    Pero hablaba sobre girar. Decía que uno siempre debía girar. Girar implica "volverse a atrás" (abordando a esta idea de no olvidar lo que somos y de dónde venimos, porque en parte somos producto de un pasado); pero no es un retorno, puesto que mientras giras avanzas. Como una llanta, digamos. Y, naturalmente, la dirección del giro es hacia "el evento", o el destino, el futuro en sí.

    ¿Repetirse a sí mismo? Creo que lo dejaría en instrospección, y ya que mediante introspecciones podemos re-comprendernos, y podemos comprendernos nuevos (distintos, pues, sé que me entiende... espero xD). Tons puedo decir que lo que se repite es la instrospección.

    ¿Un hecho fundamental? Nah. Me niego. Si sólo vivo para ese evento, luego de suceder habré muerto. Así puedo decir que quizá la muerta es el único evento fundamental. Sin embargo, creo en "el evento" como esa experiencia que te cambia por completo, pero no precisamente fundamental, a lo mejor el inicio de una segunda vida xD

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  7. Hola jajajá… bueno, creo que sí logre entenderte, haber…

    Respecto al primer punto: pienso constantemente en los hechos que están prontos a suceder, precisamente aún no son actos, sí potencias; no obstante, el hecho de que yo considere un fenómeno como pronto a suceder es ya un hecho en sí mismo, y si lo impido, queda inválido el argumento puesto que entonces nunca fue. Sin embargo no me voy por ese lado, lo pienso por ejemplo en lo siguiente: supongamos al marxismo, el “evento al que la humanidad propende (tarde o temprano) es el comunismo” sin embargo, conocemos que se “necesita” de la lucha de clases, es decir, se cree que la historia es en espiral, llegando a un determinado fin en donde el dinero es erradicado; tal evento es pensado, creído, analizado, pero aun así no es suficiente, la indagación marxista nos lleva a ver que se requiere trabajar para ello ( y aquí se retoma la idea hegeliana de la tesis, antítesis, síntesis). Entonces, me refería a que quizá es probable que intuyamos o deduzcamos determinados eventos que están prontos a suceder, y que gracias al mismo hecho de conocerlos o calcularlos podamos impedirlos o darles otro encause; puesto que los eventos se dan en un determinado tiempo y espacio se hace posible (algunas veces) que al conocerlos se impidan. Aquí como ejemplo también podríamos retomar un poco la crítica que Nietzsche hacía de la modernidad puesto que veía al hombre sucumbir por ésta, y sin embargo, él predicó al superhombre.
    Algo así es mi idea.

    Respecto al segundo punto: me parece muy interesante lo que me mencionas de la persona que habló del giro, y sí lo creo como él. Cuando me vuelvo hacia atrás (no en sentido de retroceso o decadencia, tampoco de retorno), a lo primigenio, a mi origen, tengo la ventaja de que ya avancé en experiencias, entonces regresar a mi punto de partida me hace avanzar, y como va hacia adelante, porque se conjuga el conocimiento adquirido con el empuje del origen, me dirijo hacia “mi evento”. (Haber si me di a entender).

    Respecto al tercer punto: me fascina lo que vislumbras acerca de la introspección, ya que efectivamente nos re-comprendernos; no me repito en tanto que soy el mismo, sino que cada “giro” como es “introspectivo” me re-comprendo, entonces, me dirijo hacia lo distinto, poco a poco a lo trascendente. Y pues sí, viéndolo por el lado en que lo contemplas, la introspección se repite.

    Y respecto al cuarto punto (espero no haberte cansado ya jajajá) comprendo el porqué de tu negación al hecho fundamental, y en el contexto en que lo tomas tienes razón. Creo que Heidegger menciona algo que puede reforzar tu argumento: si no mal recuerdo, él menciona que la potencia del hombre nunca llega al acto puesto que en su ser yacen muchas posibilidades, entonces como en su ser yacen muchas posibilidades mientras existe nunca llega a “ser” porque nunca logró culminar su potencia. Entonces la muerte se convierte en lo único concreto; en el único evento seguro. Sin embargo, en el sentido en que yo lo planteo es más referido a que mi evento máximo es la razón de mi existir, no la muerte ni lo banal, sino que la lucha por llevar mi potencia al acto debe ser mi trascendencia, y luego de suceder, no moriré, sino que me ejercitaré en lo vital y me recrearé constantemente en mi ser.

    Bueno, espero haberme dando a entender, sólo son ideas :).

    Gracias por tu comentario de verdad me es muy valioso y edificante. Y pues, por otro lado creo que nunca llegaremos a ser todo lo que podamos o tengamos en mente, eso ya es personal, en cuanto a mí, mantengo un anhelo ferviente y me esfuerzo por alcanzarlo. Por ejemplo, tu comentario y mi contestación es un evento en donde no salgo igual que antes, al contrario, salgo diferente porque en este espacio y tiempo ha surgido un fenómeno que puede cambiar, delinear o afirmar mi cosmovisión. Por lo tanto, es un evento, y como evento, no es vano.

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  8. Uuh. Ya entendí, pues. Y nah, no me cansa :P Me agrada xD


    Un hecho potencial, eso me gusta, y concuerdo con ustè (yo me habá ido por viajes en el tiempo y todo eso ;__; haha).

    Sobre las posibilidades del ser, concuerdo también. Supongo que el humano no es concreto.
    Y bueno, en mi caso, no tomo la vida "tan enserio", pero es porque me considero inmortal (otro tema xD). Lo que resulta es que tengo deseos de ser, pero sin prisa alguna. Realmente no los procuro, sé que llegarán. Fe, supongo.


    Respecto a estas líneas:

    "Por ejemplo, tu comentario y mi contestación es un evento en donde no salgo igual que antes, al contrario, salgo diferente porque en este espacio y tiempo ha surgido un fenómeno que puede cambiar, delinear o afirmar mi cosmovisión. Por lo tanto, es un evento, y como evento, no es vano."

    Me surgió la pregunta: en ese sentido, ¿por qué la muerta es un evento?

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